Y si mí "siempre" comenzó en el día en que te conocí, no me haré responsable del ayer pero de hoy si, de las horas que te debo de cosquillas; más de mil, de esa risa que se agarra a tus costillas de marfil... de llorar por ser feliz, de viajar hasta en patín, de tocar el arpa con tu espalda... y del desliz de aquel beso que en tu mejilla se deslizó para llevarme en tus labios a otro mundo mejor....
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