No planifiques tu vida pensando que ello te hará más feliz en un futuro. No hagas planes. Disfruta cada segundo que tu vida como si fuera el último, el último suspiro, el último abrazo, el último beso. Porque si no disfrutas ahora, en este mismo instante de tu oportunidad, la acabarás perdiendo. Se irá, se esfumará, no quedará rastro de ella, se irá tan rápido como ha llegado y te quedarás solo con el vago recuerdo de unas miradas llenas de amor y unas promesas ahora ya vacías. Perderás eso que llevabas esperando tanto tiempo con unas simples palabras, unas palabras que ya pronunciaste. Y ya está, el daño está hecho, no hay vuelta atrás. Lo has perdido.
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