En la adolescencia, la vida nos abre la puerta, no para ir a jugar, sino vivir.
Hay miles de caminos, encontrar el indicado supone correr riesgos.
Por suerte, siempre hay héroes dispuestos a correrlos, son los que hacen que el mundo aun tenga esperanza y corazones rebeldes que apuestan a pleno por sus sueños.
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