No estoy sola cada día cuando despierto, tú estas ahí, te miro y me sonríes.
Si yo estoy débil o agobiada tu estás detrás de mí, te miro y me sonríes.
Cuando tengo un mal día corro a casa y llorando entro en mi habitación, tú estás dentro, te miro y me sonríes.
Otras veces antes de dormir te cuento cosas, te digo lo mucho que te quiero y tú no hablas únicamente te miro y me sonríes.
Yo haga lo que haga siempre que te miro me sonríes, por eso me gusta mirarte. Hay días que me paso largo tiempo mirando tu sonrisa para ver si se borra, pero nunca lo hace.
Cuando más lo necesito intento tocar tu rostro y cada vez que lo hago una fina lágrima cae y ensucia el cristal de tu marco, entonces cojo tu foto, la dejo en mi cómoda y me voy, porque sé que así cuando vuelva a entrar, tú estarás ahí, te miraré y me sonreirás...
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